Antonio Giménez Rico nació en Burgos en 1938, director y guionista cinematográfico. Entre su filmografía se encuentran trabajos para la serie de televisión “Plinio” (1969), la serie “Retrato de familia” (1976, de la obra de Miguel Delibes “Mi idolatrado hijo Sisí”), el documental “Sombras y luces: Cien años de cine español” (1996), y películas como “El disputado voto del Sr. Cayo” (1986) y “Las ratas” (1998), ambas adaptadas también de novelas de Miguel Delibes.
El 18 de marzo de 2010 ofreció una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Complutense de Madrid. Entre las aportaciones más destacadas se encuentran las siguientes:
“El cine es un producto manufacturado para la industria del entretenimiento. El cine no es el séptimo arte. Arte sólo son algunas películas, no todas: el tiempo lo decide, y no tiene nada que ver con los premios. Véase el ejemplo de Alfred Hitchcock cuyas películas están consideradas obras de arte y no obtuvo ningún Oscar, salvo el honorífico”.
Parafraseando a Howard Hawks, director de westerns, contesta a la pregunta de ¿qué hace un director de cine? “un director de cine es un señor al que le preguntan cosas y las tiene que responder todas” además, “un director de cine necesita fundamentalmente una salud de hierro, más paciencia que un santo y un poquito de talento”.
Pero, ¿por qué un director hace cine? “Algunos hacen cine para mostrar una realidad que les cautiva, otros para demostrar, otros para convencer, los más ilusos para transformar la sociedad, otros para entretener y otros para comunicarse”. Giménez Rico afirma que él hace cine por la última razón y que a cada cineasta le distingue un estilo propio “la forma de mirar del cineasta”. “Un director nace, se puede aprender el oficio pero no el talento. Las escuelas de directores o de cine no lo son de genios”.
Adaptador de numerosas novelas, confiesa que para él es más difícil adaptar que crear un texto nuevo, y que a la hora de enfrentarse a una adaptación literaria, pueden seguirse distintos caminos: “Ser fiel al autor de la novela o ser fiel a su propio estilo”.
El momento clave de la creación llega cuando se debe elegir a los actores. “Si consigues acertar en la elección, el director tiene el 80% hecho, como decía Berlanga, sólo queda dirigir el tráfico, por dónde tienen que entrar, salir…”
“EL MILAGRO DE LA PUESTA EN ESCENA”
Se levanta en el hotel / camina hacia el estudio / páginas de una escena / se dirige al escenario / actores frágiles e inseguros / patético / se acerca a los actores / los tranquiliza / les da seguridad / se colocan los muebles / se dan instrucciones / movimientos / ensayos / luces / cámaras / ¡acción!.
Finalmente el cineasta quiso hacer una mención especial al recientemente fallecido Miguel Delibes, del que adaptó varias de sus obras. Pero, ¿qué tenía Delibes para que el director quisiera adaptar sus obras?
“Era la persona que mejor describía y retrataba a los seres humanos”. “Miguel era capaz de conmover al lector con muy pocas palabras, sin énfasis, de forma escueta, con una gran austeridad expresiva. Lograr este equivalente en el cine es muy difícil”.
Delibes nunca quiso participar en el guión de las películas ya que pensaba que el novelista era el peor guionista posible, sin embargo sí hizo algunos comentarios respecto de sus películas:
- En “El disputado voto del Señor Cayo”, Delibes no concebía al protagonista caracterizado por Paco Rabal, aunque tras su interpretación dijo: “Me gusta más que la novela” “Ya no concibo al Señor Cayo sin la mirada de Paco Rabal”.
- En “Retrato de familia”, hubo alguna escena que se le antojó subida de tono: “Hay algún regodeo erótico que me parece innecesario” a lo que Giménez Rico le respondió que él no había hecho nada que Miguel no dijera, “Sí, pero allí donde yo cerraba las puertas, tú las has abierto”.
El 18 de marzo de 2010 ofreció una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Complutense de Madrid. Entre las aportaciones más destacadas se encuentran las siguientes:
“El cine es un producto manufacturado para la industria del entretenimiento. El cine no es el séptimo arte. Arte sólo son algunas películas, no todas: el tiempo lo decide, y no tiene nada que ver con los premios. Véase el ejemplo de Alfred Hitchcock cuyas películas están consideradas obras de arte y no obtuvo ningún Oscar, salvo el honorífico”.
Parafraseando a Howard Hawks, director de westerns, contesta a la pregunta de ¿qué hace un director de cine? “un director de cine es un señor al que le preguntan cosas y las tiene que responder todas” además, “un director de cine necesita fundamentalmente una salud de hierro, más paciencia que un santo y un poquito de talento”.
Pero, ¿por qué un director hace cine? “Algunos hacen cine para mostrar una realidad que les cautiva, otros para demostrar, otros para convencer, los más ilusos para transformar la sociedad, otros para entretener y otros para comunicarse”. Giménez Rico afirma que él hace cine por la última razón y que a cada cineasta le distingue un estilo propio “la forma de mirar del cineasta”. “Un director nace, se puede aprender el oficio pero no el talento. Las escuelas de directores o de cine no lo son de genios”.
Adaptador de numerosas novelas, confiesa que para él es más difícil adaptar que crear un texto nuevo, y que a la hora de enfrentarse a una adaptación literaria, pueden seguirse distintos caminos: “Ser fiel al autor de la novela o ser fiel a su propio estilo”.
El momento clave de la creación llega cuando se debe elegir a los actores. “Si consigues acertar en la elección, el director tiene el 80% hecho, como decía Berlanga, sólo queda dirigir el tráfico, por dónde tienen que entrar, salir…”
“EL MILAGRO DE LA PUESTA EN ESCENA”
Se levanta en el hotel / camina hacia el estudio / páginas de una escena / se dirige al escenario / actores frágiles e inseguros / patético / se acerca a los actores / los tranquiliza / les da seguridad / se colocan los muebles / se dan instrucciones / movimientos / ensayos / luces / cámaras / ¡acción!.
Finalmente el cineasta quiso hacer una mención especial al recientemente fallecido Miguel Delibes, del que adaptó varias de sus obras. Pero, ¿qué tenía Delibes para que el director quisiera adaptar sus obras?
“Era la persona que mejor describía y retrataba a los seres humanos”. “Miguel era capaz de conmover al lector con muy pocas palabras, sin énfasis, de forma escueta, con una gran austeridad expresiva. Lograr este equivalente en el cine es muy difícil”.
Delibes nunca quiso participar en el guión de las películas ya que pensaba que el novelista era el peor guionista posible, sin embargo sí hizo algunos comentarios respecto de sus películas:
- En “El disputado voto del Señor Cayo”, Delibes no concebía al protagonista caracterizado por Paco Rabal, aunque tras su interpretación dijo: “Me gusta más que la novela” “Ya no concibo al Señor Cayo sin la mirada de Paco Rabal”.
- En “Retrato de familia”, hubo alguna escena que se le antojó subida de tono: “Hay algún regodeo erótico que me parece innecesario” a lo que Giménez Rico le respondió que él no había hecho nada que Miguel no dijera, “Sí, pero allí donde yo cerraba las puertas, tú las has abierto”.
1 comentario:
muy bueno Valentín. saludos campeón.er Pako
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